Antes de partir: Venecia, sin ti...

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Dejar Venecia es dejar un mundo que no parece ser de la Tierra. Y no porque la ciudad se encuentre, literalmente, en el agua, sino porque tiene una magia que ninguna otra parece tener. Hemos recorrido sus puentes toda una noche sin temor alguno de que nos asalten o roben. Los bares y cafés parecen no cerrar porque hay tanto turista y Venecia es tan cara, que dormir es casi un delito.
Disfrutamos hasta el último minuto, hasta la última vista de la ciudad más romántica del mundo. Venecia, qué voy a  a hacer  sin ti...



En Venecia siempre veremos enormes grúas que, principalmente, trabajan en labores de mantenimiento de los antiguos edificios. No debemos olvidar que algunos datan del 1300.




Basílica de Santa María della Salute, construida por los venecianos luego de que la peste diezmara la población en los años 1630 aproximadamente. En el frontis, abajo a la izquierda, se puede apreciar una escultura de Botero, quien realizaba una exposición exterior en distintos lugares de la ciudad cuando la visitamos.


Los enorme y bellos transbordadores, que realizan el cabotaje y turismo en el mar Mediterráneo, tienen paso obligado en el Adriático, el puerto de Venecia, donde miles de turistas bajan a visitarla.


El Puente de los Suspiros, que históricamente de romántico nada tiene, puesto que se trata del puente que une el Palacio Ducal, lugar donde se realizaban los juicios, y la cárcel de Venecia. Se cuenta que los prisioneros, al cruzar este puente, dejaban escapar un largo suspiro al ver por última vez las calles de agua, sabedores que habían perdido su libertad por largo tiempo.
También nosotros nos vamos de Venecia con un suspiro...de nostalgia.

Visitando la Plaza de San Marcos.

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La Plaza de San Marcos es el destino obligado de todos quien visitan Venecia. Cientos y cientos de turistas recorren cada portal de este lugar único y maravilloso. Si se juntaran todas las cámaras fotográficas que tratan de captar hasta el último detalle de los increíbles edificios que la rodean, no faltaría ninguna marca ni modelo. Todas las razas y lenguas del mundo parecen convivir en este cuadrado histórico y turístico.








La Basílica de San Marcos, el Palacio Ducal y la enorme campanario de la basílica, son los edificios que dominan la Plaza.
Hay, sin embargo, otros antiquísimos edificios que se pueden recorrer: la torre del reloj, el museo y la biblioteca, por nombrar algunos.

Por el Gran Canal

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Iglesias, palacios, museos, y bellos edificios bordean el Gran Canal, la arteria principal de la ciudad. Nos ha tocado un día muy nublado, de modo que nos esforzamos en que las fotografías salgan lo mejor posible sin usar filtros.







Venecia, un lugar mágico.

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Venecia se puede recorrer a pié o en sus embarcaciones: los taxis, que son pequeñas lanchas para cuatro o cinco personas o las embarcaciones mayores denominadas 'vaporettos', que son el equivalente a los buses urbanos. Las conocidas "góndolas" para los enamorados son extremadamente caras - en promedio 100 euros por un paseo de 10 minutos- de modo que desistimos de un paseo en ellas. Esperamos poder hacerlo en la siguiente vez.

De todas formas, estamos maravillados recorriendo sus calles de agua, llenas de historia y belleza arquitectónica.
Una de las tantas iglesias que se pueden visitar en Venecia.


Los gondoleros, los personajes más conocidos de Venecia en el mundo. Un paseo con un cantante incluido puede costar 150 euros o más. Como para pensarlo antes de subir.

Visitando el sueño de todo turista: Venecia.

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Venecia es, sin duda, el destino soñado de todo turista. Visitarla en época estival es muy caro, de modo que aquí van algunas pequeñas sugerencias para no sufrir con los precios: lo primero es reservar un hotel con antelación. Los hoteles cercanos a la Plaza San Marcos son carísimos...pero realmente caros... de modo que antes de viajar revise con calma las innumerables páginas que recomiendan los hoteles por calidad y precio. Otra alternativa es viajar en la época de las inundaciones, pero no lo recomiendo. Si usted viaja en verano puede, sin problemas, pasar una noche completa recorriendo sus calles y puentes. Porque en Venecia, va a querer aprovechar hasta el máximo los euros o dólares gastados.

Nada se compara con la magia de Venecia.

Dejamos Firenze con nostalgia.

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Muchas veces nos preguntamos si quienes viven en estas ciudades, en extremo turísticas, saben la maravilla que poseen. Porque vivir en lugares como Florencia, por ejemplo, es vivir en un lugar que ha sido la cuna de las más exquisitas obras y de grandes genios del arte. Recuerdo cuando niño y mi profesora nombraba el río Arno; me parecía increíble que la historia existiera ya en Italia en los siglos XII o antes, si nuestra historia - la chilena- apenas comenzó en el siglo XVI.
Tomamos las últimas fotos antes de partir a Venecia.

Unos de los puentes más conocidos de Florencia. En él, se ubican las joyerías más caras de la ciudad.

 Il Duomo, de día...

...y de noche.  Turismo de excelencia.


La Plaza Miguel Ángel.

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Construida en una suave lomaje que domina la ciudad, esta Plaza es la más visitada de Florencia. Lejos del ruido, pasamos una tarde completa disfrutando del suave sol y las bellas flores que la adornan.

La agradable explanada de la Plaza Miguel Ángel.

Hermosas y cuidadas flores nos deleitan.

La maravilla de la vida natural.

Recorriendo Florencia.

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En Florencia se pueden encontrar hoteles y albergues a bajos precios. El valor del alojamiento variará dependiendo de cuán cerca se encuentre del casco histórico. Hay buena locomoción pero, al igual que en Roma, el tránsito es bullicioso y caótico a ratos. Es muy típico ver que un conductor detiene su vehículo en medio de la calle, se baja de él y grita y gesticula a los que vienen más atrás. Es tal cual en las películas italianas. Todo un espectáculo.
Recorremos el casco histórico y luego tomamos un bus para ir a la Plaza Miguel Ángel que es un lugar bellísimo, de quietud y cuidados jardines.

 Algunas construcciones de Florencia datan de finales del 1200. Increíble.

 Una vista de la ciudad. El Arno, el río que lo atraviesa, ha visto siglos y siglos de historia.

Otra vista de la hermosa ciudad.

En Florencia, la ciudad de Miguel Ángel.

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Hablar de Florencia es hablar de Miguel Ángel, el genio de la escultura y pintura renacentista. En Roma y en Florencia quedó la mayor parte de su obra más conocida y admirada.
Florencia, o Firenze en italiano,  es considerada una de las cunas mundiales del arte y la arquitectura.  Su centro histórico fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad.
La catedral - il duomo- es una maravilla de creación, casi imposible de abarcar con la lente fotográfica. Recorrer sus fachadas es sentir la admiración por la genialidad de sus creadores. Il duomo de Firenze, sin tener la majestuosidad de las catedrales de Milán o Notre Dame, es una excepcional construcción artística y arquitectónica.

Il duomo de Firenze, la catedral de Florencia.

El campanario de la catedral de Florencia.

El Vaticano, inolvidable visita.

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No retiramos ya del principal centro religioso católico. Disfrutamos de las últimas fotos antes de partir.

 El bello edificio de la sede de gobierno del Vaticano.

 Uno de los bellísimos jardines que rodean la basílica.

 La Piedad, esta bella escultura de Miguel Ángel, se encuentra en la entrada de la basílica, protegida por un resistente vidrio luego que un enajenado tratara de romperla con un martillo, años atrás.

Un guardia, con su traje típico, cuida uno de los pórticos del Vaticano. 

Completando la visita.

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Antes de partir, recorremos la basílica y pagamos - aquí todo se paga - para subir a la cúpula y techo de la basílica. Los euros, una vez más, han sido bien gastados: la vista de Roma es fantástica. Nos vamos cuando ya el guardia nos indica que va a cerrar.

La vista más espectacular de la Plaza San Pedro.

 Roma, el Tíber y sus puentes.

 La magia de Roma está en su arquitectura.

Recorriendo el Vaticano.

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Recorremos el Museo Vaticano y la Basílica. El museo es en realidad un conjunto de museos, galerías y salas, imposible de recorrer en una sola visita. Además, está prohibido tomar fotografías en ciertas áreas tales como la Capilla Sixtina.
La entrada es cara, pero poder admirar los tesoros del catolicismo, muchos de ellos con varios siglos de antigüedad,   lo convierte en un paseo obligado. Algunos de las reliquias tienen un valor incalculable.

 Hermosa escultura denominada Esferas Concéntricas.

  

La Plaza y Basílica de San Pedro.

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Una enorme explanada, donde se congregan miles de fieles a escuchar la misa papal, rodeada por más de un centenar de columnas, es la antesala de la más hermosa y grande de las basílicas alguna vez diseñada: la basílica de San Pedro.
Multitud de feligreses rezan, cantan y vitorean al Papa.


La Plaza San Pedro


Basílica de San Pedro.

En la sede papal.

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El Vaticano, o la Ciudad del Vaticano, es un microestado - inserto en la capital romana - de poco más de cuarenta hectáreas.  Aunque sus habitantes no sobrepasan los mil, la cantidad de turistas que visita el Vaticano es de varios miles al día. La Basílica de San Pedro y el Museo son obras de extraordinarias belleza arquitectónica, además que conservan piezas de incalculable valor histórico-religioso.

La hermosa avenida de ingreso al Vaticano. Su simetría permite realzar la cúpula de la Basílica de San Pedro.

Nos dirigimos hacia el Vaticano

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Es un nuevo día y nos vamos a conocer el Vaticano. En el trayecto, nos topamos con el Tíber, el río de Roma. También, con la Bocca della Veritá, la Boca de la Verdad, una escultura que señala que todos quienes introduzcan su mano en ella dirán siempre la verdad. Y una juguetería, en la cual todos los juguetes son fabricados en madera. Su nombre no puede ser otro: Pinocho.


 Dos vistas de los magníficos puentes sobre el Tíber.

 La boca de la Verdad. 

Juguetería Pinocho. La motocicleta es de madera.

La Fontana di Trevi.

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Seguimos caminando y, de pronto, sin previo aviso, llegamos a unos de los lugares más encantadores de Roma: la fuente de Trevi, la más famosa de las fuentes barrocas del mundo. Sentados frente a ella, cientos de turistas lanzan monedas de espaldas a la fuente y piden un deseo. Todas las lenguas del mundo se escuchan en las escalinatas frente a esta mágica fuente. Estamos extasiados. No hay otra palabra.



  Esta maravillosa toma es de DAVID ILIFF y la publico con su autorización. Nos permite apreciar la belleza de la Fontana di Trevi en toda su magnitud.