Llegamos a Londres, desde París, en un cómodo y rapidísimo TGV (Train à Grande Vitesse, por sus siglas en francés) denominado Eurostar. En sólo tres horas se completa el recorrido París-Londres, cruzando el túnel bajo el Canal de la Mancha. Es, sencillamente, una maravilla el viaje. Mejor que el avión.
Londres, una ciudad increíble.
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