Iglesia de Nercón, vista interior.

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Nercon y su iglesia maravillosa.

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Recorrer las iglesias de Chiloé es una verdadera aventura: madera, imágenes, pobreza, esfuerzo, devoción. Todo se conjuga en una visita. Y eso ocurre aún más al visitar Nercón y su iglesia secular. Muy próximo a Castro, Nercón comienza a desarrollarse como un barrio residencial de dicha ciudad. Su iglesia, hermosa e increíblemente trabajada en madera, es, ni qué decirlo, visita obligada.

Visitando Dalcahue

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Seguimos recorriendo la mágica isla y llegamos a Dalcahue. Ubicada en la costa este de la isla, cerca de Castro, es lugar de paso hacia la isla Quinchao. En Dalcahue, visitamos la iglesia. Fue nombrada Monumento Nacional. En el exterior, a pocos pasos de la iglesia, es tradición fotografiarse junto al pescador y su bote.

Chonchi, museo de la tradiciones

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Dejo para el final de la muestra los dos más sorprendentes testimonios encontrados en él: una piedra fosilizada cuya data se calcula en ¡millones de años! y la llamada habitación de la servidumbre, en cuyo centro se puede apreciar el fogón que se instalaba en el piso. De acuerdo con el guía, es una réplica exacta de una habitación de servidumbre del siglo antepasado.

Chonchi, museo de las tradiciones.

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Hay que visitar el museo de la tradiciones chonchinas. Si no lo hace, se arrepentirá, eso es seguro. Sorprendentes objetos y la forma de vida de una familia acomodada se retratan en los múltiples testimonios dejados por antiguas familias locales. Recorrer la casona lo transportará a una vida pasada que ya no es, pero que permaneces intacta en la cocina, la sala de estar, el dormitorio o la habitación de la servidumbre. Aquí una pequeña selección de un mundo dentro de otro.

Chonchi, el mercado municipal.

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No pudimos ingresar a la iglesia de Chonchi, declarada patrimonio de la humanidad, por encontrarse en trabajos de restauración toda la zona aledaña. Recorremos, entonces dos lugares típicos: el mercado municipal y el museo.

En Chonchi, la ciudad "de los tres pisos".

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Cuando se visita Chiloé, se quiere ver todo: sus iglesias, sus pequeños museos, su arquitectura típica, su gente, afable y conocedora de sus raíces. No puede entonces, faltar una visita a Chonchi, conocida también como la ciudad de los tres pisos. Son varias las versiones para esta denominación. Quisiéramos quedarnos con aquella que le dio dicho nombre por haberse erigido en la pendiente de un cerro donde hay tres terrazas. La más polémica de las versiones señala que dicha denominación viene de la separación social que se conformó en los inicios de la ciudad, segregándola, de acuerdo al nivel económico de sus habitantes, en tres clases. Tal vez sea una combinación de ambas. Lo cierto es que, en la actualidad, Chonchi es una de las ciudades que se proyecta con fuerza en la isla, tratando de conservar el delicado equilibrio entre la arquitectura moderna y la riqueza patrimonial.

Iglesia de Chacao y alrededores

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Construida en 1710, su iglesia, de madera y líneas simples, es un lugar acogedor e iluminado. En los alrededores de la plaza, las casas típicas forman un paisaje armónico y natural.

Visitando la Villa San Antonio de Chacao

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Cuando se cruza desde el continente hacia la isla de Chiloé, muchas veces pasa casi inadvertida su antigua villa, San Antonio de Chacao, la que como todo rincón de la mágica Chiloé, tiene un encanto que podemos disfrutar.

La iglesia de Caulin.

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En medio de la quietud, la capilla San José de Caulin nos recibe con su añosa madera, resistiendo, dignamente, el paso de un tiempo detenido.

Caulin, o cuando el tiempo se detiene.

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Visitamos una típica casa chilota. La construcción de tejas de alerce, el antiguo calefactor a leña y el tejedor de lana con su paciencia infinita nos transportan a la lejana época de la niñez, cuando el tiempo y la naturaleza tenían otro significado.

En Caulin, santuario de las aves.

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A pocos kilómetros de Ancud, en una hermosa zona natural, se encuentra Caulin. Nos sorprende su paisaje quieto, natural, bello. En su bahía, hermosos cisnes de cuello negro nos dan la bienvenida.

Visitando Quemchi, la tierra de Francisco Coloane.

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Orgullosa de haber visto nacer a un Premio Nacional de Literatura, Quemchi es un pequeño poblado cercano a la mágica Aucar, que conserva siempre vivo el recuerdo del famoso literato. Recorremos en este lugar su pequeña iglesia y su, también, pequeño museo.

La magia de Aucar.

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Aucar es un pequeño islote al cual se accede a través de un puente de madera de ¡500 metros de longitud!. En un día lluvioso, su parque botánico lo transportará al comienzo de la creación. Un paseo inolvidable.

Otras imágenes de Achao

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Achao cuenta en la actualidad con alrededor de cuatro mil habitantes. La vida de los achaínos gira en torno al mar, como ha sido durante siglos, pero desde hace algunos años, también en torno al turismo y la artesanía.

De visita en Achao.

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Fundada en 1753, Achao tiene el orgullo de poseer la iglesia más antigua de Chile construida en madera y que, junto a la de Quinchao, son las únicas que quedan de las que construyeron los Jesuitas en tiempos de la Colonia. Lo más característico e impresionante de admirar en esta iglesia es la utilización de tarugos de madera en parte de la obra gruesa de la estructura. También es una maravilla contemplar su confesionario de madera o las figuras talladas en los pilares. Aunque siempre se dice que es una visita imperdible, Achao no puede faltar en el recorrido por Chiloé.

Vistando la estación de bomberos de Ancud.

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Una visita muy especial, que pudimos realizar gracias a la gentileza del personal de bomberos de Ancud, nos permitió conocer un verdadero museo con piezas únicas en el país, entre ellas, la primera bomba llegada a nuestro país ¡en 1852!. Perfectamente mantenida, es un verdadero tesoro que recomiendo visitar y admirar. El edificio del Cuerpo de Bomberos también se ubica frente a la plaza principal de Ancud.