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Seguimos ascendiendo para llegar hasta el lago Chungará. La belleza de la iglesia que dejamos atrás nos deja pensativos. Esperamos que las autoridades de Monumentos Nacionales puedan obtener los fondos necesarios para la restauración de los frescos que son, lo repetimos, tesoros religiosos de un valor incalculable. Así lo escuchamos de expertos franceses con los que coincidimos en la visita.

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