Un pasado que se conserva en la arquitectura.

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Lo que más llama la atención es la capacidad que han tenido las autoridades para mantener la línea arquitectónica de la ciudad. Los modernos edificios no opacan la belleza de sus antiguos edificios. Y, además, saben explotar la máximo sus tradiciones. Como esta carroza del siglo XVIII:


O los inigualables cambios de guardia. Con esos zapatos especiales que usan los guardias, es un espectáculo que no se debe perder. 



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